domingo, 1 de noviembre de 2009

Pinzamiento - LO MALO DE UNA MUJER CON EL CORAZÓN ROTO ES QUE EMPIEZA A REPARTIR LOS PEDAZOS ...


Me llamo Verónica.

Soy la mitad de otra. Esta segunda a su vez, es otra mitad de otra. Y así hasta 100 mujeres atrapadas en el mismo cuerpo. Cada cacho unido a los colindantes, encajados como piezas de puzzle, como estados satélites. Sin geometrías perfectas, desiguales, engarzados por azar. Como una manta de patchwok, tejida con retales de lo que queda y de lo que viene. De lo que una encuentra en contenedores ajenos y en la propia basura. De lo que se dejaron en casa y de lo que perdí en la calle.

No crean que es fácil vivir todas juntas. Debemos permanecer muy unidas para no resquebrajar las fibras que nos unen. Algunas no se soportan entre sí, y aunque procuren no coincidir en sus caminos, a veces es inevitable compartir terminación nerviosa en un perdido centímetro de la piel.

Hay que hilar fino entre una punzada y otra para no pinchar susceptibilidades. Para intuir quién de ellas es la problemática, quién la líder, y quién la débil.

Ponernos de acuerdo es algo milagroso. Si por ejemplo, nos preguntasen por la canción que nos define, habría un debate equiparable a las reuniones de alto estado.

La insurrección se alzaría

Los corazones se tenderían al sol

Peor para el sol, pensaría María

Ojalá me llevara la muerte, diría yo

A quién le importa cantaría un grupo

No me importa nada diría la razón

Déjale hacer contestaría otro

Y las lágrimas negras serían de ron

Por este concierto de mujeres soy amante de los contrastes, devota de los detalles, creyente en la diferencia.

Por esta conjunción de locuras mi mente es ágil, mis manifestaciones extremas y mis placeres compartidos.

Por este exceso de equipaje odio la indiferencia, la mentira evidente y no tener el alma viajera.

Por cada una, yo soy mil, y por cada cien, enésima ...

Con el tiempo, aprendes a hacer números y a diferenciarlas. Con más tiempo a quererlas (desde la serena hasta la descarada). Con muuucho tiempo empiezas a intuir lo que cada una anhela.

No hagan el intento. Si comprender a una mujer es casi imposible, a cien es un suicidio anunciado.

... Hace días me pregunto si ... ¿dos mitades hacen un entero?.

Porque de ser así, tendría que plantearme una reducción de plantilla y elegir a 50 para representar a la centena que somos.

Sería una crueldad ... como una guerra civil entre hermanos ... como quitarle la comida al pequeño por la ley del primogénito... como la distribución de los invitados a una boda...

Pero la idea de cincuenta gramos de unas, y misma ración de otros, tiene una clara ventaja. Sería más fácil encontrar a 50 que encajaran con nosotras, que al doble exacto. Aunque ... quedaríamos la mitad, y ya no estaríamos completas ...

Otra posibilidad sería aceptar la superioridad numérica, y asumir que siempre seremos mayoría absoluta, pero es desolador resignarse a jugar con un contrario que tiene la mitad del equipo de baja. Nosotras tenemos la moral alta y queremos un rival a la altura (esto último me lo ha dicho la revolucionaria).

Claro que puestos a buscar la igualdad, y llevando a un extremo esta teoría de dígitos, podría plantearme ...

... ¿Y si encontrara otro como yo?. Con cien cañones por banda como Espronceda. Con ciento volando. Con cien tornillos para dar vueltas sobre mis tuercas. Sin complejos de inferioridad, sin miedo a dar la talla, sin sentido que aportarnos.

Tal vez, nos perderíamos en la evidencia colectiva frente a los detalles individuales, clasificaríamos nuestra relación por orden alfabético, y confundiríamos las identidades de los que participan en esa orgía de personalidades.

Volvamos a los extremos.

... ¿Y si encontrara a un entero? ... ¿qué haría una centena como yo con un chico tan solitario como él?. Posiblemente me aburriría con su exclusividad, me sorprendería la rutina disfrazada de pareja, y desearía quedarme a solas ... con mis 100.

Así que paso los días faenando por 99 sueldos menos, durmiendo 8 horas para el centenar de okupas que tengo en la cabeza, alimentando a la mitad que creo ser ...

... y desnutriendo a esas insensatas que un día me votaron como portavoz ...

Soy Rebeca. Verónica ha tenido que irse.

3 comentarios:

  1. "Sería más fácil encontrar a 50 que encajaran con nosotras, que al doble exacto"

    GRANDE REBE.

    Muy "I'm Every Woman", pero con más clase, verdad y aguijón. Chaka Khan y Whitney deberían cambiar la letra de su canción, o al menos hacer una intro recitando tu pinzamiento.


    Ahora pediría POSTAL, pero como estoy entrenándome para controlar mis impulsos primeros, pues voy a pedir CUENTO.

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  2. Lo he leído tres veces seguidas y me he emocionado desde la primera.
    Grande Trulli!!

    Después de esto yo tb quiero un CUENTO!!

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